Tiempo Libre

Habia salido de la sala comun de Slytherin, y como acostumbraba salio a dar una vuelta. Mientras caminaba por el pasillo, vio una lechuza apollada en una ventaba, asi que se acerco a la misma, la cual salio volando. Disgustado se estaba por ir pero lo atrajo la vista, asi que asombrado se apollo en el marco y se dejo llevar por sus pensamientos e imaginacion.

Francis como era comun venia de ver una amiga de Ravenclaw y vio a su amigo apollado
se le hacerco y le dijo : hey como estas? otras de tus vueltas?

Escucho la voz de su amigo y respondio tendiendo la mano para saludarlo sin mirarlo -Exactamente-sonriendo- La verdad es que no se como me encuentro, pero me di cuenta que un buen paisaje y una buen aroma puede tranquilizar a una persona.
¿Vos?, ¿Como andas?

Yo? bien respondio francis con vos firme
Venia de ver a Elizabeth
No puede ser mas linda verdad?

Penso un rato las ultimas palabras de Francis, y luego exclamo sonriendo- La verdad es que la conozco poco, y la vi una sola vez hablando con vos, pero que decir, es muy bonita - mirando por primera vez a Francis - Pero veo que estas muy interesado, asi que no hablare mucho de ella por las dudas- Sonriendo

Francis rio y exclamo no esta a mi alcance amigo
Debo irme exclamo se me hace tarde para el partido de Quidditch contra Hufflepuff

Mmm, nosee, para el amor no hay limites-dijo mientras recordaba un hecho de su vida- Te lo digo por experiencia.
Mirando a su amigo nuevamente- Bueno, anda tranquilo, ¡suerte en el partido!- observando de nuevo por la ventana con los codos apollados en el marco- Por ahi voy a ver un rato el partido, aunque no sea bienvenido por tu casa

Gracias dijo Francis sabes que no hay problema contigo
ve y has le un -Confundus- al del otro equipo
Nos vemoss

Sigio contemplando el lago, pero no pudo evitar reir-Yaaa, anda que llegas tarde

Volvio a contemplar a su amigo por ultima vez mientras corria por el pasillo. Ese sentimiento habia volvido a nacer, habia vuelto a querer a alguien. Francis era como su hermano, lo entendia, comprendia su forma de vivir, de ser, de existir, y le causaba una alegria enorme poder hablar y confiar en el. Contento de poder tener un mejor amigo, con el cual poder contar, Suigetsu, mucho mas alegre y tranquilo de como habia llegado, a paso muy lento, totalmente sumergido en sus pensamientos, se dirigio hacia el estadio de Quidditch.